XII jornadas de Neuropsiquiatría Infantil – Chillán

El próximo miércoles 31 de mayo en el hospital Clínico Herminda Martín de Chillán se llevarán a cabo las XII Jornadas de Neuropsiquiatría Infantil. el encuentro incluirá tres módulos, de Neurodesarrollo, Sueño y Epilepsia y Psiquiatría y Salud mental. Todos los y las interesadas se pueden inscribir en el siguiente enlace.

A continuación puedes ver el programa en detalle:

 

 

Comienzo del año escolar: ¿cómo enfrentamos la salud mental?

Por Alfonso Correa, vicepresidente de Sopnia. Cada uno debe aportar con un cambio en el enfoque de lo individual a lo comunitario, de la competencia a la colaboración y del consumismo e insatisfacción a la aceptación de las limitaciones.

a preocupación por la salud mental ha sido un tema creciente en nuestra sociedad desde hace varios años y la conciencia sobre la necesidad de un cambio también ha aumentado considerablemente.

Hoy, las cifras documentadas de problemas de salud mental son más altas. Sabemos que no solo la pandemia y el confinamiento son la causa, sino que pusieron en evidencia la carencia en redes de apoyo. Tampoco la culpa es del individualismo ni las clases online… Así y todo, cambiar una cultura que promueve el consumo, la competitividad, la insatisfacción y la sobreexigencia no es fácil, requiere tiempo, trabajo continuo y conjunto y necesita claridad.

El acceso a la salud mental es deficitario y no se refiere solo a la oferta de atención en el sistema público o privado (ambas con una sobredemanda nunca antes vista, especialmente en el ámbito privado), sino a la deficitaria cultura de colaboración y aceptación de las limitaciones, tanto en el interior de las familias, entre las amistades, las comunidades educativas, las empresas, las cámaras de diputados y senadores, entre otros.

Este año escolar 2023, como en 2020 y 2021, o como en 2017 y 2018, debemos fortalecer la educación en el manejo de las emociones, en el respeto de las diferencias, en la valoración de los que son menos “productivos”, en la entrega desinteresada.

Estos factores, que atraviesan cualquier otra circunstancia contingente, seguirán influyendo radicalmente en la Salud Mental que logremos en nuestra población. Para poder sobrellevar adecuadamente nuevas pandemias, el cambio climático y los conflictos políticos entre naciones e internos debemos asumir que la tarea es de todos; que cada uno debe aportar con un cambio en el enfoque de lo individual a lo comunitario, de la competencia a la colaboración y del consumismo e insatisfacción a la aceptación de las limitaciones.

Ese es el único camino que nos llevará a una verdadera inclusión, que disminuya el bullying, atenúe el estrés por sobreexigencia y minimice la ideación suicida por insatisfacción, pérdida de sentido o falta de redes de apoyo.

La columna de Alfonso Correa Psiquiatra Infantil y del Adolescente. Jefe unidad de Salud Mental Infantil CAS. Área Infantil COSAM-CODESAM de Pudahuel y Vicepresidente de SOPNIA, fue originalmente publicada en El Desconcierto.

Los desafíos de la Ley TEA

Hace pocos días entró en vigencia la Ley de Trastorno del Espectro Autista (TEA) que establece, entre otras cosas, la atención integral, la protección de derechos y la promoción de la inclusión.

Creemos que es un gran paso que nos permitirá detectar y apoyar con terapias en edades tempranas a niños y niñas que tienen este trastorno al neurodesarrollo y, con ello, podremos trabajar las habilidades socio-comunicativas necesarias para que las personas con TEA puedan desarrollarse y ser incluidos en las escuelas, familias y comunidades.

Este es un gran primer paso. Esta ley compromete recursos tanto para la detección como para la habilitación de las personas con TEA. Con esta ley también podremos tener cifras ciertas que nos permitan dimensionar la prevalencia en Chile de este trastorno, pero, sobre todo, como país estamos visibilizando a un importante grupo de personas.

Sin embargo, el entusiasmo de esta ley nos hace enfrentar un nuevo desafío. Como país tenemos un importante déficit en las atenciones de salud mental, por lo que si no se refuerzan los centros de atención de salud, difícilmente podremos lograr el objetivo de la detección temprana y el tratamiento oportuno.

Nuestro objetivo es seguir trabajando con las distintas instituciones del Estado con el fin de buscar los mecanismos que nos permitan enfrentar este desafío, en un sistema donde el déficit de atenciones y terapias de salud mental es enorme, especialmente después de la pandemia y lo que veremos en los próximos meses con las necesidades de atención de quienes han sufrido los incendios. Si no enfrentamos la oportunidad de la atención, este tremendo paso se irá diluyendo con el tiempo.

Felipe Méndez – Presidente de la Sociedad de Psiquiatría y Neurología de la Infancia y Adolescencia

Esta carta fue publicada originalmente en el diario La Tercera.

Incendios y primeros auxilios psicológicos

Lee y comparte la columna de Alfonso Correa, Vicepresidente de SOPNIA, Psiquiatra Infantil y del Adolescente. Jefe unidad de Salud Mental Infantil CAS. Área Infantil COSAM-CODESAM de Pudahuel. La columna fue publicada originalmente en el sitio de noticias «El Desconcierto».

Más que quejarnos de falta de profesionales y de recursos, pensamos que en lo que debemos poner nuestro mayor esfuerzo es en construir esa cultura de coordinación y colaboración. No es fácil que la ayuda llegue oportunamente y a quien corresponda.

¿Se hace en Chile todo lo posible para evitar problemas de salud mental ante catástrofes? ¿Estamos como comunidad preparados para apoyarnos como se debe? ¿Cómo está la salud mental de base en nuestra sociedad y cómo está nuestra voluntad para apoyarnos generosamente?

No se puede ser tajante en la respuesta. Desde la Sociedad de profesionales que formo parte, que incluye a diversos profesionales de la salud mental, estamos involucrados en mejorar la calidad de la salud mental.

Felicitamos la entrega y la coordinación que logran profesionales, técnicos y voluntarios por estar disponibles de antemano y por movilizarse ante situaciones puntuales de mayor sufrimiento que afecta a comunidades, familias y, especialmente, a niños, niñas y adolescentes.

Tanto en las regiones de Ñuble, Biobío y la Araucanía se han realizado innumerables acciones de rápida respuesta tanto desde servicios de atención pública, como privada, tanto desde salud, como educación, que tienen mucho que decir, y comunidades locales. La familia extendida ha sido una fuerte red de apoyo en acoger y permitir que los albergues no estén colapsados.

Más que quejarnos de falta de profesionales y de recursos, pensamos que en lo que debemos poner nuestro mayor esfuerzo es en construir esa cultura de coordinación y colaboración. No es fácil que la ayuda llegue oportunamente y a quien corresponda.

Las necesidades son diversas en cada situación y para cada persona las prioridades son distintas. Un niño puede estar sufriendo por la pérdida de su mascota, otro por no poder columpiarse en el árbol que siempre lo hacía. Unos por la falta de seguridad laboral, otros por ver a su madre triste.

Debemos tener un trabajo continuo en la educación en primeros auxilios psicológicos, que yendo a lo medular, no es otra cosa que saber escuchar al otro con respeto a sus propios tiempos. En esto podemos avanzar todos: hacia una cultura en la que el trato sea de más respeto (del latín re-spectare, «observar desde atrás”, que implica el reconocimiento y la aceptación de la diferencia).

Eso nos permite escuchar, que el otro se sienta valorado en lo que es, reflexionar sobre lo que puedo aportar y llevarlo a la acción. Esta es una necesidad básica para la salud mental, tanto en la convivencia cotidiana como ante catástrofes; que se nos comprenda en nuestras propias emociones y necesidades, ser empático, compasivo y solidario. Esa es la tarea.