Estimados colegas, amigos y amigas.

Para mí es un honor como Presidenta de la Sociedad de Psiquiatría y Neurología de la Infancia y Adolescencia, SOPNIA, recibir este reconocimiento. Como muchas de ustedes, somos una sociedad científica médica que agrupa a distintos profesionales de las especialidades de psiquiatría Infanto-Juvenil, neurología pediátrica y otras especialidades médicas relacionadas, así como profesiones afines.

Nuestros orígenes están en la Agrupación hospitalaria de neuropsiquiatría infantil, la que se fundó un 2 de junio de 1965, sumando a la mayoría de los Servicios de neurología y psiquiatría infantil de Santiago de Chile. Fueron apenas 5 años después con la aprobación del colegio médico que se constituiría la sociedad tal como la conocemos hoy.

Nuestra historia con Flapia es la historia de nuestros socios también, los que participaban de manera entusiasta desde hace muchos años, sin embargo, fue apenas hace tres que nos integramos activamente, enfocando nuestra acción a una mirada latinoamericana de la salud mental infanto-juvenil.

Esta pandemia, como a todos, nos llenó de desafíos. Decidimos para este tiempo centrar nuestros esfuerzos en ofrecer información relevante y educación pertinente, tanto a nuestros socios como a la población general.

Así hemos estado detrás de webinars, coloquios de salud mental por streaming, la transmisión en agosto de nuestras jornadas de políticas públicas y en octubre, por primera vez en nuestra historia, nuestro congreso online.

Todo esto en paralelo a la mesa de salud mental convocada por el Presidente de la República, donde se definen las orientaciones clave para la promoción, prevención y tratamiento de salud mental en niños, niñas y adolescentes.

Fiel a nuestro objetivo académico y científico, hoy más que nunca SOPNIA quiere ser un impulsor del trabajo conjunto con otras sociedades de nuestro continente, con los que compartimos desafíos enormes de salud junto a los procesos que viven nuestras sociedades, tales como la migración, desigualdad, segregación, discriminación, adicciones y últimamente, el confinamiento.

Tenemos además una cruzada por la estimulación a la participación infanto-adolescente, a la búsqueda de que puedan incidir en su entorno social siendo escuchados y valorados, tal como indican los derechos de los niños y las niñas. Y no es solo sus derechos, es también abandonar el adultocentrismo como solución unívoca. Los queremos a todos y a todas opinando y sumando desde su realidad.

Nuestra invitación hoy es a un trabajo colectivo y colaborativo centrado en el interés de nuestros países. Queremos sumar y sumarnos a un trabajo con jefes de programas de formación de especialistas de Flapia, porque necesitamos más que nunca conocimientos sólidos para enfrentar los problemas de salud mental que aquejan a nuestra región y hoy, más que nunca, durante esta emergencia.

Este reconocimiento para nosotros es otra manera de reforzar lazos, de comprometer un trabajo que proyecte colaborativamente la formación y creación de cursos que hemos desarrollado en el contexto de la crisis sanitaria actual. Este deseo de ir más allá es nuestra forma de agradecer este reconocimiento, el que seguramente verá en la formación de futuras generaciones sus mejores frutos.

 

Muchas gracias.

 

Dra. Adriana Gutierrez Poblete

PRESIDENTA SOPNIA